No solo el ELN, también diferentes organizaciones de Derechos Humanos, liderazgos sociales, la academia y hasta la propia Defensoría del Pueblo, le hemos insistido al Presidente Petro, por casi tres años, que su idea de otorgar reconocimiento político a estructuras paramilitares y mafiosas, para fragmentarlas y dividirlas después, no conduce a su desmovilización, ni a la reducción de la guerra; por el contrario, ha conducido a agudizar la tragedia humanitaria del país.