EDITORIAL FGUN

La historia la hacen los pueblos, así ha quedado demostrado en la historia de la humanidad. Los cambios y transformaciones de las sociedades en el mundo han sido fruto de las luchas emprendidas por los pueblos, con arduos esfuerzos y sacrificios.

Abril se convirtió en un mes inolvidable en las luchas de masas en la historia colombiana, donde las ciudades se tornaron en campos de batalla, de multitudes inconformes, que se organizaron al fragor de la lucha para confrontar al Estado y sus fuerzas represivas, a la oligarquía y los poderosos, buscando derrocar lo establecido y abrir caminos hacia horizontes de justicia y libertad.

El 9 de abril de 1948, fue un día que marcó el desarrollo de la historia de todo el siglo XX en Colombia. El magnicidio del líder popular y de masas Jorge Eliécer Gaitán, así como el sinnúmero de asesinatos que se venían presentando en en esa época contra quienes se estaban organizando, fue una prueba clara de que la oligarquía colombiana no daría espacio a la participación democrática en búsqueda de cambios. El dolor por el asesinato de Gaitán se transformó en rabia y en pocas horas abrió las puertas a un escenario con características insurreccionales, el pueblo se organizó y peleo radicalmente, fue un suceso nacional y dio paso a la conformación de las primeras expresiones de resistencia armada en el país, allí está parte importante de las raíces de la insurgencia revolucionaria colombiana.

Pasaron 73 años desde aquel abril, el 2021 estaba marcado por los asesinatos selectivos, la profundización de las desigualdades y la miseria; un nefasto, corrupto y criminal gobierno, entre muchas otras cosas, pero también se había venido forjando un sentir de inconformidad, de rebeldía, así como un acumulado de luchas que se venían desarrollando desde la primera década del siglo XXI. Llego el inolvidable 28 de abril, en medio de la convocatoria a una jornada paro y movilizaciones comenzó el que se denomino como Estallido Social. La respuesta negativa ante las exigencias y la represión del Estado llevó a que la jornada de paro y movilizaciones se extendiera por casi 3 meses. Las ciudades se convirtieron nuevamente en campos de batalla, las calles se pintaron de todos los colores, las multitudes invadieron los espacios públicos, la vías, se hicieron barricadas y ollas comunitarias, nuevamente se generó un escenario con características insurreccionales. Se desplegó una gran cantidad de formas de lucha popular, la juventud fue centro de la acción, emergieron colectividades y se forjó organización para confrontar la represión estatal. No hay duda alguna que esa coyuntura expresó las contradicciones de este periodo y fue el comienzo de un nuevo momento para la lucha de los pueblos.

Ya han pasado 3 años, buena parte de las esperanzas populares se concentraron en la llegada del autodenominado gobierno del cambio, pero el cambio esperado aún no llega y la oligarquía hará hasta lo imposible para que los cambios no se den. Como organización revolucionaria somos conscientes que solo mediante la lucha se lograrán transformaciones en una sociedad, y que el poder del pueblo, el poder popular, será el que forje esos caminos y abra las puertas para construir una Colombia para las mayorías.

Hoy siguen más que vigentes las palabras de nuestro Comandante en Jefe Camilo Torres Restrepo: “…el pueblo, que constituye la mayoría, tiene derecho al poder. Es necesario más bien preguntarle a la oligarquía cómo va a entregarlo; si lo hace de una manera pacífica, nosotros lo tomaremos igualmente de una manera pacífica, pero si no piensa entregarlo o lo piensa hacer violentamente nosotros lo tomaremos violentamente”. En esa ruta continuamos y desde las ciudades seguiremos impulsando la lucha, el poder popular, fieles a nuestros ideales, al pueblo y a la revolución.

¡Colombia… Para Los Trabajadores!
¡Ni Un Paso Atrás… Liberación o Muerte!

FRENTE DE GUERRA URBANO NACIONAL

COMANDANTE EN JEFE CAMILO TORRES RESTREPO

EJÉRCITO DE LIBERACÍON NACIONAL

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