Comandante Antonio García

El Comando Central anunció que congelaría los diálogos con el Gobierno de Petro, por cuanto desde el Gobierno se venía incumpliendo acuerdos que desconocían a la Delegación y al Comando Central del ELN.

Desde varias esquinas dijeron que se trataba de una «pataleta» que con el tiempo se desvanecería y el ELN terminaría cediendo. En varios espacios o «mentideros de la alta política» colocan en duda de lo que en estas columnas o en comunicados del Comando Central se ha dicho referido a los supuestos diálogos regionales en Nariño, con los llamados «Comuneros del Sur».

Repetimos que en dicho grupo hay varios agentes de inteligencia militar del Estado infiltrados y que lograron hacerlos pasar como Mandos, el principal llamado Miguel A. realizó operaciones contra estructuras y mandos del ELN en varias regiones del país. A finales de 2.022 al quedar en evidencia no quiso reportarse para una investigación y se refugió en Nariño, donde al poco tiempo buscó protección en los organismos de seguridad del Estado y con ellos activaron un plan B, donde para protegerlo armaron el montaje de un proceso regional de paz, presentado a la vez como una «división» en las filas del ELN.

El plan de inteligencia tenía mayor envergadura, pero los «cables pelados» se fueron descubriendo ante los mismos ojos de Miguel A., por tanto, la precipitud para hacer público un proceso que se traía en silencio desde hacía varios años.

El Gobierno siguió con los contactos secretos durante el primer semestre de 2.023 preparando condiciones para normalizar su «entuerto», luego en agosto de 2.023 realizaron una reunión encubriéndola con un evento de evaluación del Cese el Fuego en Nariño, cuando en realidad se trataba una reunión con los «agentes de inteligencia infiltrados» que aparecen en la fotografía, y que presentaron como un supuesto proceso de diálogo regional. Este hecho fue denunciado formalmente en la Mesa ante Garantes Internacionales y Acompañantes Permanentes. Desde ese entonces, hace más de año y medio, venimos tratando dicha violación de acuerdos, y de manera recurrente el Gobierno se hace el de «la vista gorda», para decir que no sabía del asunto.

¿Que el Gobierno nacional no sabía del asunto? Puro cuento, el mismo Presidente Petro se reunió con Otty Patiño y Álvaro Jiménez (operador de la inteligencia militar) para recibir un informe de primera mano, pues ha sido Jiménez junto con el General Rincón y Vicealmirante Romero, integrantes de la Delegación de Diálogos del Gobierno, quienes adelantan el plan. En esa reunión le dijeron al Presidente que «tenían información de contactos avanzados».

Es más, la Inteligencia Militar le dio continuidad a las operaciones de inteligencia que venían de los gobiernos anteriores, le vendieron al gobierno actual la idea que con dicha inteligencia acabarían con el ELN, por medio de golpes a la Comandancia que luego harían posibles procesos de desmovilización de estructuras. Ese plan lo asumió Petro y lo mantuvo paralelo al plan de diálogos, grave error, pues eso en el Derecho de la Guerra se llama perfidia. Más grave aún, las operaciones de inteligencia, estando prohibidas por el acuerdo de cese el fuego, las siguieron adelantando, en la actualidad activaron un plan de envenenamiento de mandos. Que tan bajo han caído los mandos de las Fuerzas Armadas del Estado.

Aún seguimos vivos, al menos para dejar testimonio de la bajeza.

Por eso, luego de esa reunión con Otty y Álvaro Jiménez, escuchamos al Presidente decir que los Comandantes del ELN no representaban ni conocían las regiones donde se movían las economías ilegales, para justificar la matriz mediática que pretende involucrarnos con el narcotráfico.

Desde luego que hay mucha tela por cortar y muy largo para contar, pero la hipótesis que se movía señalaba el interés del Gobierno por montar un Show, a lo mejor no como el que querían, pero al fin de cuentas intentarán otro rumbo con los llamados «procesos regionales», claro que mintiendo de sus verdaderas intenciones al Comando Central, para poder decir que cumplieron y que «las cosas no se dieron como ellos querían», a la larga van a proteger a Miguel A. y a sus «compinches», pues son una misma parte en este diálogo de «yo con yo». Este será un diálogo entre confidentes, pues siempre ha estado a cargo del General Rincón y el Vicealmirante Romero, integrantes de la Delegación del Gobierno. Con lo que se viene presentando podemos colegir que la política de paz del gobierno, es una trampa más en una estrategia de guerra.

Por otro lado, es conocido desde el gobierno de Santos, su famosa «locomotora minera», que existe un plan para exterminar a las guerrillas del territorio nacional y darle paso al plan de explotación minera desarrollado por grandes empresas extrajeras. Lo curioso es que en este gobierno, en medio de esta maraña de operaciones de inteligencia, de infiltrados, de montajes de procesos de paz regionales, aparecen los intereses de empresas mineras extranjeras como…, con los consabidos contactos con altos o muy altos funcionarios de este gobierno y algunas personas del ámbito social, que uno imagina estarán hablando del «cómo voy yo», o el vil CVY. Me estoy refiriendo a proyectos mineros en Nariño y Cauca, para cualquier ingenuo este supuesto «proceso regional de paz», trae de la mano buenos negocios particulares.

Así que en política anti-extractivista, línea insigne de este gobierno, podríamos decir lo contrario, que se trata de una trampa de la paz.

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